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Consolación en la herida
“Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu.” — Salmos 34:18 (RVR1960)
Reflexión
Al cerrar los ojos, emergen las heridas del día y las palabras que nos lastimaron. La promesa de Dios es su cercanía al corazón quebrantado. Él no es indiferente: Se acerca y sana en la intimidad. La noche puede ser un lugar seguro para poner las piezas rotas en Sus manos.
Aplicación
Antes de dormir, haz una lista sencilla de lo que te duele. Ora por cada punto, pidiéndole a Dios que entre y consuele. Si puedes, escribe una breve carta a Dios depositando tu herida y échala simbólicamente en un lugar de confianza.
Oración
Padre, en la quietud te entrego lo que me duele. Ven con Tu cercanía sanadora; toca las partes rotas de mi corazón y enséñame a descansar en Ti. Gracias por no apartarte. Amén.







